acerca de

El tema es el viaje del héroe. En este caso, un joven estudiante venido de provincias. 

La historia que me bullía en la sesera (Borges) era un bildungsroman, pero el viaje de conocimiento (mi homenaje a Proust) no me salía: se hace camino al andar (Machado) y el viaje de mil kilómetros inicia con el primer paso (Lao Tsé). Eso sí, hay que tener el culo muy duro (Hemingway) y la mente abierta para desechar lo que no funciona (terminé quedándome con la tercera parte del primer borrador y a partir de ahí lo fui puliendo). Verdad de perogrullo: hay que sentarse a escribir, aunque a veces no puedas producir nada.

   Necesitaba un empujón para salir del bache: lo encontré en el manual del maestro Bernardo Ruiz, De escritura. El relato y la novela. Por eso la dedicatoria. En lugar de una historia lineal, desarrollaría el proyecto por temas (pero al final, porque la historia era consistente, sólo había un final verdadero, el único posible).

El título de la novela es horrible, pero puedo vivir con eso: se me ocurrió cuando lei en uno de los periódicos de la cadena OEM un titular que decía, cito de memoria, "casera mata inquilino moroso". ¡Como México no hay dos! Aquí Rodión no se habría salido con la suya (mi homenaje a Dostoievsky).



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