La estructura te lleva al estilo, la voz narrativa. En mi caso, me ayudó mucho haberme tropezado con Salman Rushdie (Joseph Anton) y J.M. Coetzee (Historia de una vida de provincias). Usaríamos la segunda persona del singular a través de un narrador omnisciente. Aunque el punto más flaco de un novelista primerizo son las escenas y los personajes que se desenvuelven en ellas, la idea es obtener el primer borrador a como dé lugar, ya veremos si después da para más. Por ahora, aunque el texto parece el resumen de algo, me conforma: tiene ya lo que se dice su mundo novelesco, un espacio-tiempo acotado en el que se cuentan historias y se tocan algunos temas de particular importancia.